“Grindear” en torneos locales, el lado menos bonito del poker

Publicado por Ivan Potocki, 7 de julio 2015

Durante casi cinco años me he ganado la vida exclusivamente jugando al poker.  Es cierto que como jugador no soy una “apisonadora”, pero estoy a la altura y no tengo grandes gastos, así que me iba bien. Sin embargo, después de tres años “grindeando” online, me cansé de estar sentado delante de la pantalla de una computadora y quería probar algo nuevo.

El paso al “grindeo” en vivo

Vivo en una ciudad relativamente pequeña de apenas medio millón de habitantes, por tanto, las opciones para un “grinder” de torneos presenciales son limitadas. No obstante, cuando me pasé a los torneos en vivo, había dos casinos que ofrecían buen poker todos los días de la semana. Torneos qiue atraían entre 20 y 60 personas.

Cualquiera pensaría que no valen la pena, pero el rake era relativamente bajo y los jugadores del casino eran en su mayoría, bastante malos. Por lo que vi, los torneos tenían buena pinta, como para arrasar en ellos, así que decidí participar.

Mi plan era relacionarme con la gente y al mismo tiempo hacer lo que más me gusta para tener unos buenos ingresos. Sin duda, tenía mucha mejor pinta que pasarse el día encerrado en el dormitorio alejado de todo y todos. Como la mayoría de los planes parecía ideal, pero solo sobre papel.

 

A veces el poker te “grindea” a ti

Mi fallo fue no tener en cuenta desde el principio que soy introvertido. Jamás me ha gustado estar rodeado de gente y ruido. Fue un error. No sabía lo que realmente quería.

En cuanto al aspecto económico, todo se desarrolló como pensaba. De hecho, arranqué con buena racha durante unos cuantos torneos, lo cual permitió que lo que había ganado me sirviera de colchón para compensar posibles pérdidas.

El aspecto social del juego no funcionó igual de bien. En primer lugar, la mayoría de la gente eran unos pobres diablos. A nivel online no es muy diferente, pero al menos en internet no tienes que soportar arrebatos de enfado ajenos. Jugar en vivo es una historia completamente diferente.

De lo que llegué a darme cuenta después de un tiempo fue que en casi todas las mesas finales estaba rodeado de la misma gente y que la mayoría no me quería ver allí. Podría decir que no tendría por qué importarme porque después de todo, soy un profesional. Pero sí me importaba, sobretodo porque el cambio al poker en vivo tenía como objetivo intentar sentirme mejor.

Algo que sí me cabreó fue la gente con un carácter o personalidad agresiva. Es increíble la cantidad de groserías, provocaciones y amenazas que soltaba esa gente teniendo en cuenta lo barato que era el precio del buy in y que prácticamente todos nos conocíamos.

 

La conclusión de todo esto

Probablemente no tengas que lidiar con todo esto en los grandes casinos del mundo. Pero en mi caso, estaba donde estaba, y quería intentarlo. Después de casi seis meses, había ganado bastante dinero (o al menos eso me parece a mí) pero me sentía más miserable que nuca.

Jugué un tiempo más, pero pronto abandoné la idea de seguir. Realmente no valía la pena. Con algunos con los que jugué, algunos de ellos buena gente, sigo coincidiendo en algunos eventos en vivo, pero muy de vez en cuando.

Con esta historia no quiero desanimar a nadie que pretenda vivir del “grindeo”. Cada uno tendrá una experiencia diferente por diferentes factores. Importante: no te dejes engañar por lo que veas en televisión ni en las redes sociales.

Después de todo, si a esto se le llama “grindear” es por alguna razón.

 

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Ivan Potocki es un veterano jugador de poker de Titan Poker nacido en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina y que ha vivido la mayor parte de su infancia bajo condiciones de guerra. Estudió lengua y literatura inglesa y descubrió el Texas Hold’em en la universidad. Después de varios trabajos se dedicó a jugar poker a tiempo completo y es su principal fuente de ingresos.

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